Libros para acompañar tu viaje en la ruta

Si estás planeando un viaje por carretera y buscas compañeros literarios que hagan memorable cada kilómetro, llegaste al lugar adecuado. Aquí tienes una selección de libros que te transportarán a mundos fascinantes mientras conduces hacia tus destinos. ¡Acomódate en el asiento del pasajero y sumérgete en estas historias que harán que tu viaje sea aún más inolvidable!

El camino más corto

de Manuel Leguineche

Manu Leguineche tenía veintitrés años cuando logró unirse a una insólita  expedición para recorrer el mundo en coche. Era el año 1965 y todo  estaba cambiando. Este libro, escrito años después y convertido en un clásico, recuerda aquel viaje.

«¿Cómo pretendes dar la vuelta al mundo en una expedición como esta  si no sabes conducir?, me preguntaron, con buen acierto, los  organizadores de aquel viaje al fin del mundo. Tengo otras condiciones,  respondí. No sé conducir ni nada de mecánica, pero sé  cantar, jugar al  mus, tengo muy buen humor, sé algo de geografía y he leído a Conrad, Stevenson y Verne.»

Ruta 40

de Sonia Renison

Es imposible separar una ruta de su historia; es inevitable escindir los tiempos del camino del ritmo de un relato, de su carga mítica. La Ruta Nacional 40 es la más larga de la Argentina: 5.200 kilómetros que unen el frío patagónico con la aridez de las arenas del Norte. Y en el medio, lagos y montañas, bosques y volcanes,

desiertos y glaciares. Pero también historias ancladas en imágenes, sostenidas en palabras. Por eso Ruta 40, el libro que reúne fotografías de Alejandro Guyot y textos de Sonia Renison, toma forma como un diario de ruta; pero además, como el registro de todo lo que hace a un camino. Es decir, distancia más tiempo más gente más paisaje. O lo que es más o menos lo mismo: cinco mil kilómetros para ver, y otros tantos por contar.

Viaje al país de los blancos

de Umar Ousman

Mi nombre es Ousman Umar. Sé que nací un martes, no sé de qué mes ni de  qué año porque en mi tribu eso no importa. Crecí en la sabana africana. Caminaba siete kilómetros para ir a la escuela. Mi vida era feliz y sencilla, hasta que un día, entre juegos, vi un avión volar. Desde ese momento quise ser piloto, ingeniero, todo, menos negro. La curiosidad por conocer el mundo me empujó a hacer un viaje sin retorno hacia el País de los Blancos.

A los trece años crucé el Sahara a pie, el mar en patera y vi morir en  el camino a la mayoría de mis compañeros de viaje, entre ellos a mi mejor amigo. Cuatro años después de comenzar esa hazaña, logré llegar a España y, tras varios meses durmiendo en la calle, me acogió una familia. La primera noche que dormí en su casa, pese a las comodidades y el confort, me puse a llorar como un niño. ¿Por qué había sufrido tanto? ¿Por qué tanta lucha? ¿Qué había hecho mal?

Ahora, necesito contar esta historia, hasta que no haya más historias como esta que contar.

Verás cosas extraordinarias

de Carolina Reymúndez

Si confiamos en el viejo proverbio chino, lo extraordinario puede estar en cualquier lado. Aparecerá ante nosotros con sólo sentarnos en silencio a la sombra de los bambúes. Carolina Reymúndez no le hace demasiado caso y sale a recorrer el mundo: de Siberia a Durazno y de Zimbawe a Nueva York.

Un cazador de langostas en Panamá, la lluvia endémica de Galicia, el andar de hierro del Transiberiano, el subdirector de un zoo uruguayo y el picor del chai en la India, en 25 relatos breves este libro no sólo cruza países, también atraviesa paisajes, cuenta anécdotas, se llena de nostalgia y transita el tiempo del viaje.

Lo inusual es el detalle. Lo fugaz que permanece, como el comino, como la menta y otros sabores de las recetas que acompañan cada una de estas historias. Las palabras siempre estuvieron cerca de los fuegos.

Camino al Este

de Javier Sinay

Para Javier Sinay viajar no era una aspiración prioritaria. Sin embargo, un día de 2017 metió unas pocas cosas en un bolso y emprendió una travesía desmesurada: desde Buenos Aires hasta Japón, atravesando toda Europa y Asia por tierra. ¿El motivo? Una mujer llamada Higashi, su pareja, que pasaría todo ese año en Kioto dedicada a estudiar la ceremonia del té…

… Decidió que un par de visitas convencionales —volar a Japón, pasar un tiempo allí, volver— no serían suficientes. Entonces, imaginó un recorrido y enhebró cada una de sus etapas en torno a una pregunta. Si él era capaz de ir a buscar a una mujer al otro extremo del mundo, ¿de qué cosas —atroces, magníficas, inesperadas— eran capaces las personas por amor? Así surgió esta crónica de viaje que es, también, la historia de la sangrienta obsesión de un diputado alemán por su secretario, la de un policía ruso que nunca superó la infidelidad de su esposa y se transformó en asesino y violador serial, la de un señor chino que en los parques de Pekín busca novio para su hija, la de un joven a quien las mujeres le pagan por un poco de conversación en Tokio, y la de Sinay, que al principio del libro es un hombre que no le encuentra al viaje mayor atractivo y termina transformado en un nómade en potencia, hechizado por la idea del movimiento perpetuo.