Explorando la diversidad en la literatura LGBTQ+

Bienvenidos a un rincón literario donde las historias no conocen límites ni etiquetas, un espacio donde la diversidad se celebra a través de las páginas de libros que dan voz a la comunidad LGBTQ+. En este post, nos embarcaremos en un viaje literario que abraza la riqueza y complejidad de las experiencias queer. Desde historias de amor apasionadas hasta exploraciones profundas de identidad y lucha, cada libro es una oportunidad para sumergirse en la autenticidad y la resonancia de la literatura LGBTQ+.

La mala costumbre

de Alana S. Portero

Narrada desde una singular y desgarradora voz en primera persona, La mala costumbre recorre la adolescencia de una niña atrapada en un cuerpo que no sabe habitar, que intenta comprenderse a sí misma y al mundo en el que vive, desde su infancia en una familia de clase obrera en el barrio de San Blas, arrasado por la heroína en los años ochenta, hasta las noches clandestinas en el centro de Madrid de los noventa. Como en una versión bastarda del viaje del heroe, yonquis, divas pop y ángeles caídos la acompañan en un viaje vital en el que, al final, serán otras mujeres quienes le ayuden a superar la violencia que encuentra a cada paso.

Rojo, blanco y sangre azul

de Casey McQuiston

Alex Clarademont-Díaz, el hijo millennial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca:  atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no  soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que,  cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja  un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían.

Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como  una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo  más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.

Solo los valientes

de Alejandro Albán

Conduzco de vuelta a casa. En el asiento del copiloto viaja mi nueva partida de nacimiento con el nombre que he elegido para mí. Son solo dos folios grapados, de color blanco roto, el sello del Registro Civil estampado en una esquina. El primer folio es una fotocopia de la partida original, rellenada a mano con buena letra hace veinticinco años, ocho meses y veinticuatro días:

«Hora de nacimiento: veinte y treinta y cinco. Día: catorce. Mes: julio. Año: mil novecientos ochenta y ocho. Sexo: hembra».

El segundo folio es la rectificación:

«En virtud de resolución registral, en expediente n.º 422/13, ha sido modificado el sexo del inscrito/a en el sentido de que es varón. El nombre del inscrito/a es el de Alejandro Albán».

Hay fechas que ordenan nuestra historia, fechas que son principios. Nos gusta poner fronteras a esa transición de contornos difusos, que tal vez ni siquiera exista. Queremos condensarla en un solo día y dejarla atrás para siempre. Un día frontera que te diga dónde está el antes, dónde el después. Pero ¿qué fecha elegir? ¿El día que lo supe?. ¿El día que empecé con la testosterona?. ¿El día de la operación? ¿O el día que empecé a escribir esto? Si tuviera que elegir, me quedaría con ese día en Santa Fe en el que crucé una rotonda por la izquierda.

Esos dos folios grapados llegaron siete días antes de coger plaza en el Hospital Sur de Granada. Nadie sabría mi secreto. Y a pesar de lo que pasó después, ese sigue siendo mi día frontera.”

El corredor de fondo

de Patricia Neil Warren

El corredor de fondo es casi sin ninguna duda la más famosa, aclamada y exitosa historia de amor gay de todos los tiempos. Surgida tras el encuentro de Patricia Nell Warren con un atleta gay, la autora ha sabido captar la complejidad y tortuosidad de las relaciones homosexuales, enfrentadas y obstaculizadas por una sociedad poco dada a conceder un cuestionamiento o ruptura de sus estructuras. Harlam Brown, estricto entrenador de atletismo, y Billy Sive, atleta gay, serán los dos protagonistas y héroes de esta historia, que deben llevar a cabo su particular carrera contra los prejuicios y la incomprensión de los que les rodean, para poder no sólo llevar a cabo su amor sino también la participación en los Juegos Olímpicos de 1976.

Middlesex

de Jeffrey Eugenides

Enamorado de una mujer pero temeroso de lo que pueda suceder en el momento de la verdad, Cal Stephanides decide revelar su secreto. Porque Cal, como Tiresias, ha vivido como mujer y como hombre. Todo empieza en 1922, cuando los abuelos de Cal huyen tras la guerra y se instalan en América, en casa de una prima de su marido. Y las dos parejas tendrán a sus hijos casi al mismo tiempo, y éstos, en un doble o triple juego de consanguinidades, se casarán y serán los padres de Cal. Que cuando nace es Calliope, y parece destinada a encarnar la leyenda sobre esas niñas que cuando llegaban a una cierta edad se transformaban en hombres. Y así comienza esta novela, que abarca ocho décadas en la historia de una familia y es uno de los intentos más ambiciosos de escribir la Gran Novela Americana.